[Nota técnica] Tunel subfluvial

Nueva iluminación de los accesos al Túnel Subfluvial Raúl Uranga – Carlos Sylvestre Begnis.

La necesidad de vencer el aislamiento geográfico impuesto por el río Paraná, dio lugar a la construcción de esta majestuosa obra, denominada Túnel Subfluvial “Hernandarias” (*), luego llamado Túnel subfluvial Raúl Uranga – Carlos Sylvestre Begnis, que no sólo conectó a Paraná, sino también ala Mesopotamiacon el resto del país.

Es el primero en el mundo en su tipo. Une la ciudad de Paraná, conla Isla SantaCándida, enla Provinciade Santa Fe, a unos15 kilómetrosdela Capital Provincial.La idea de unir estas dos ciudades dio lugar a varios proyectos de puentes o diques de regulación con puentes carreteros y ferroviarios, de un puente colgante, hasta que en 1955 se efectúa un anteproyecto de un túnel, trabajo que puede considerarse como el primer aporte de gran importancia.

El 15 de junio de 1960 los Gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe suscribieron un tratado Inter provincial para la construcción de un túnel carretero subfluvial. Los costos que demandara la obra se repartirían por partes iguales entre las dos provincias. Se constituyó una Comisión Interprovincial que se encargó de preparar las bases de una licitación pública internacional para la confección del proyecto y ejecución de la obra y administración de los fondos por las Provincias. El 29 de Junio de 1961 la licitación fue adjudicada al único proponente y el contrato se firmó con un Consorcio conformado por las empresas: S.A.I.L.A.V. S.A. firma Argentina que concibió el proyecto; HOCHTIEF A.G. (de Essen, Alemania) que realizó la ejecución y VIANINI S.P.A. (de Roma, Italia) que efectuó el dragado del Paraná en la zona de emplazamiento de la obra.

La obra consta de un tramo entubado de aproximadamente 2.400 metros entre los edificios de ventilación y a continuación de estos hay en cada extremo una rampa de acceso de 270 metros cada una. La máxima pendiente en la entrada del túnel es de 3.5 %. La profundidad del túnel esta determinada por la exigencia de evitar que bajo cualquier circunstancia pueda reducirse la socavación de los tubos por efecto de la fuerza de arrastre del río.

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